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Beneficios de la música en los niños

 La música cuida la inteligencia de nuestros hijos

Muchos son ya los estudios científicos que corroboran el increíble poder que ejerce la música sobre el desarrollo de nuestra inteligencia. La música supone ser el instrumento excepcional para generar estructuras funcionales en los sistemas cerebrales, siendo los niños sus principales beneficiarios.

Resultados obtenidos gracias a nuevas técnicas de exploración por imagen han proporcionado a los neurocientíficos una perspectiva más exacta de cómo funcionan aquellas zonas del cerebro que se activan durante determinadas actividades. Gracias a ello hemos podido averiguar a qué partes afectan distintos tipos de estímulos, en este caso cuando nuestros hijos escuchan o tocan un instrumento musical.

Beneficios de la música en los niños

Existen pruebas definitivas de que, alrededor de la semana dieciocho de gestación, la música ejerce un papel fundamental dentro del proceso que conlleva la creación de conexiones neuronales en el cerebro del niño y, por tanto, en el desarrollo de la inteligencia.

“En la música es acaso donde el alma se acerca más al gran fin por el que lucha cuando se siente inspirada por el sentimiento poético: la creación de la belleza sobrenatural”

-Edgar Allan Poe-

Desde su nacimiento y desarrollo, los acordes activan y mejoran la inteligencia y actitud del niño, siendo estos resultados medibles y cuantificables. Los diferentes estudios que confirman estos datos afirman que la música es capaz de calmar y estimular el ritmo cardíaco de un bebé cuando está aún en el útero.

En el caso de los bebés prematuros que escuchan música clásica, su peso corporal aumenta y su condición física mejora increíblemente teniendo por ello muchas más posibilidades de sobrevivir. A la hora de practicar música, los niños que reciben clases de solfeo e instrumento revelan un mayor desarrollo de habilidades motrices, mejor comprensión de la lectura y la resolución de ejercicios matemáticos que aquellos que no practican música.

Otro resultado obtenido por un estudio de la Universidad de Michigan donde se analizaron a 150 estudiantes revelaba que aquellos que estudiaban diez minutos de la Sonata para dos pianos en re menor de Mozart (K. 448) antes de enfrentarse a diferentes test de inteligencia obtuvieron mejores puntuaciones en la parte viso-espacial que los que no escucharon dicha obra u otra similar similar.

“La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón”

-Magdalena Martínez-

Existen en el mercado libros de referencia en los que podemos encontrar ejercicios dedicados al desarrollo a través de la música. Para empezar, una tarea diaria que podemos emplear es cantar a tu bebé canciones infantiles felices mientras lo mecemos a su ritmo o bailamos con él sobre nuestras rodillas.

Otro recurso es facilitarle sesiones de música clásica tanto en disco como en documentales para generar en su entorno estímulos de armonía, mentales y de felicidad. En nuestra música clásica occidental, tenemos a nuestra disposición cánticos, estribillos y canciones que nosotros mismos hemos cantado en la infancia, con ritmos y formas de lenguaje esenciales. No te preocupes por el idioma en el que estén, siempre que el conjunto de notas genere un estado de dicha y alegría.

Compartir con nuestros hijos los beneficios contribuye a desarrollar sus cerebros para dominar la estructura compleja del lenguaje. Para ello, no es imprescindible que se convierta en un músico profesional o entone a la perfección aquello que desea cantar, lo importante es la pasión y la felicidad con la que compartiréis vuestra música.

“La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento del amor.”

-Kurt D. Cobain-

 Paula Díaz foto agencias