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Combatiendo a un comediante en la pandemia

Combatiendo a un comediante en la pandemia

Por Ángel Dorrego.– México se encuentra todavía inmerso en el combate a la pandemia del Covid-19. Si bien el gobierno federal insiste en que se tiene “domado” el fenómeno, actores como la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otros círculos académicos y periodísticos, tienen severas discrepancias. Ante este escenario, esperaríamos que los agentes que encabezan el estado mexicano tuvieran su atención puesta en salir de este desaguisado para la salud y la economía nacionales. Pero no, el tema que robó cámaras durante la semana pasada tuvo que ver con la participación de un comediante en un foro organizado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), y que ahora tiene amenazada la existencia de dicho organismo autónomo y todos los demás de la misma condición que se encuentran en el gobierno federal. ¿Cómo llegamos a esto?.

En un breve resumen, el comediante y youtuber Chumel Torres fue invitado por el Conapred a un foro virtual sobre racismo y clasismo en México. En redes sociales se manifestaron las personas afines al gobierno de la auto denominada cuarta transformación de la vida pública del país (4T) acusando al humorista de tener exactamente las características que dicho foro quería combatir. La esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, publicó un tweet donde manifestó que esperaba una disculpa por parte de Torres por un mote que puso al hijo de la pareja, menor de edad, mofándose de su aspecto con tinte rubio en el cabello. El Conapred decide suspender el foro programado. Luego el comediante publicó la esperada disculpa. Al presidente López Obrador le preguntan en su conferencia matutina por el tema y dice que no sabe nada del Conapred (aunque presentó a su directora en una de dichas conferencias). Y de paso dice que no son necesarios tantos organismos autónomos en nuestro país, y que, por lo tanto, habría que desaparecer muchos de ellos. La presidenta del Conapred renuncia y a Chumel Torres se le suspende su programa en la cadena de televisión de paga HBO para analizar lo racista y clasista que puede ser su humor. ¿No conocían el tipo de chistes que hacía cuando lo contrataron? ¿No lo notaron en las temporadas que se ha transmitido el programa?.

En nuestro ya políticamente polarizado país, que se une a un mundo también políticamente polarizado, los defensores del gobierno celebran que se le pusiera límites al youtuber, mientras que sus detractores ven un atentado contra la libertad de expresión desde la cúpula del poder, cosa que desgraciadamente tiene una larga tradición en nuestro país. Entre este último grupo se acusa que la presidencia está buscando abarcar temas alternativos a la pandemia para distraer a los ciudadanos de sus auténticos problemas. Se aduce a la típica táctica donde los gobiernos tratan de llevar la agenda pública lejos de los problemas más apremiantes que pudiesen poner en duda su credibilidad. En este sentido, me parece que éste no es el caso. Las evidencias indican que el presidente tiene sus extensas horas laborales dedicadas a otros asuntos que poco tienen que ver con la pandemia, y mucho con defender sus acciones de gobierno antes y durante la misma.

Como todos sabemos, tanto la conducción de las políticas públicas como la comunicación gubernamental acerca del impostergable tema de salud recaen en el doctor Hugo López-Gatell. Todas las noches otorga el reporte acerca del avance de la pandemia y las acciones que se están llevando a cabo. Por el otro lado, el presidente López Obrador se ha dedicado a defender la construcción de sus proyectos emblema: la refinería de Dos Bocas, en Tabasco; el aeropuerto de Santa Lucía, para la zona metropolitana de la Ciudad de México; y el Tren Maya; en el sur-sureste del país. Hizo que no se pararan las obras ni los sectores que las proveen al declararlas como actividades prioritarias. Y no ha dejado la costumbre de agregarse a la polémica pública ante la crítica de su accionar en estos ámbitos y en los que tengan que ver con detracciones a la 4T en general. O sea, no ha cambiado con respecto a lo visto desde el principio de su administración. Incluso se le ha visto presuroso para reanudar las giras relacionadas con dichos proyectos.

A mi parecer, esta actitud se deriva de la idea de que la pandemia podría descarrilar el proyecto de gobierno de la 4T. Esta reflexión viene de comentarios publicados por el doctor Lorenzo Meyer, donde menciona que la pandemia es una oportunidad para los grupos conservadores del país para detener el proyecto del gobierno federal. Desconozco si fue el primero en hacer el planteamiento, pero es a quien citan personajes como los senadores Ricardo Monreal y Martí Batres, del actual partido oficialista del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), probablemente por su destacada trayectoria académica.

Así que el presidente parece dedicar sus mayores esfuerzos a que sus construcciones emblema no se detengan ante la amenaza de que las arcas públicas se vean mermadas en asuntos diferentes a los que él ya tenía presupuestados, como exenciones fiscales y apoyos a las cadenas económicas. Como la mayor parte de nuestros ocupantes del poder ejecutivo federal, tiene un sentido de urgencia en que sus acciones de gobierno se vean reflejadas en elementos tangibles, para tener así la posibilidad de que su partido conserve el gobierno al terminar su mandato. Dinámica cortoplacista y dañina para la democracia y el Estado mismo, pero común en nuestra clase política.

Esto ha devenido en que nuestro jefe de estado sea proclive a minimizar los efectos de la pandemia mientras se dedica a articular, promover y defender sus proyectos, con el desliz de que cada vez se muestra menos tolerante al cuestionamiento y la crítica, al grado de terminar polemizando acerca de una persona que se dedica a hacer comedia política; pues si bien no se ha manifestado directamente acerca de Torres, su agenda comunicativa de la semana anterior estuvo dictada por la situación del comediante.

Todo esto cuando la pandemia ya ha matado, en números oficiales, a más de dos decenas de miles de personas. Soy de los que les gustaría ver al líder del país comprometido con ayudarnos a pasar este trago amargo, coordinado los recursos para combatir la emergencia y haciendo planes para reactivar la vida económica a base de no dejar que se destruyan sus motores. Porque resultaría hilarante ver al presidente ocupar su tiempo en destruir instituciones que invitan a comediantes incómodos en otras circunstancias, pero en estos momentos no genera ninguna risa. Porque nuestro problema con el Covid-19 es serio. Ojalá que el encargado del estado mexicano se comporte serio también.

Educación

Por Ángel Dorrego

Analista, consultor y asesor político. Especializado en temas de seguridad y protección civil. Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México, Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales también por la UNAM. Cuenta con experiencia como asesor de evaluación educativa en México y el extranjero, funcionario público de protección civil y consultor para iniciativas legislativas.

Twitter: @AngelDorrego
Correo para el público: adorregor@gmail.com

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Foto por Siete días