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La difícil tarea de ser el anti Trump

La difícil tarea de ser el anti Trump

Por Ángel Dorrego.- En noviembre de este año se realizaran las elecciones presidenciales en los Estados Unidos de América (EUA), en las que el actual detentante del poder ejecutivo de esa nación, Donald Trump, buscará su reelección por otros cuatro años al frente del vecino del norte representando al Partido Republicano. Como es costumbre en los bipartidistas EUA, la única opción real de vencerlo en el proceso electoral será a través del abanderado o abanderada del Partido Demócrata, que tiene la difícil tarea de demostrar que es una opción más viable; convencer al electorado flotante, que suele tener ciertos tintes de conservadurismo; pero diferenciándose claramente del aspirante republicano. Para ilustrar lo difícil de esta tarea, haré un breve comparativo con un planteamiento cinematográfico. Existe una película mexicana-española titulada Sin Noticias de Dios. En ella, el cielo y el infierno se pelean el alma de un desconocido boxeador (Demián Bichir), ya que el futuro de la humanidad se verá modificado por el destino de este individuo. Desde el infierno mandan a un personaje interpretado por Penélope Cruz para cumplir la misión. Conforme avanza la película nos enteramos que el personaje, en vida, era un mafioso cuyo mayor defecto era la misoginia. En esta representación del inframundo, el castigo para los condenados consiste en convertirlos en lo que más odiaron en su existencia con el fin de que padezcan en primera persona el mal que profirieron. Así que este misógino se convierte en una mujer atractiva que tiene que lidiar permanentemente con el acoso y los prejuicios de hombres que la cosifican.

Bajo este planteamiento, Trump tendría que juntar varias características, ya que la gama de grupos sociales a los que suele denostar es amplia. Tendríamos que hablar, probablemente, de una mujer homosexual de color, inmigrante y practicante del islam, por ejemplo. Eso sería una anti Trump. Pero el electorado estadounidense, tradicionalmente conservador, no aceptaría una visión tan alternativa de lo que muchos de ellos creen hace grande a su país. Y recordemos la regla, sólo pueden tener una característica distintiva que los haga visiblemente diferentes del candidato republicano. Tanto en el ejercicio que estamos planteando como en la realidad, ya que se necesita un diferenciador del magnate inmobiliario que no sea disonante con el mercado electoral al cual se está dirigiendo la campaña. La pregunta es ¿cuál debería ser dicho diferenciador?

Actualmente quedan en la lucha por la candidatura demócrata ocho candidatos, demasiados si se quiere competir con la imagen de alguien que ya tiene más de tres años haciéndose notorio en la Casa Blanca. Sin ser exhaustivos y tratando de considerar las posibilidades reales de obtener la candidatura de los demócratas, nos abocaremos a señalar cuatro que tienen una clara diferencia con Trump, la cual va a ser tanto su bandera como la principal fuente de ataques hacia su persona. Comencemos por Joe Biden. Fue senador por tres décadas y vicepresidente durante la administración de Barack Obama. También compitió contra Trump hace cuatro años, siendo derrotado. Mientras que Trump es un rupturista que denosta el establishment de la política tradicional, con tintes que pueden ser clasificados como populismo y demagogia, Biden es un tipo hecho en el sistema y que lo conoce desde adentro. El presidente estadounidense ya ha demostrado cierto temor hacia él, ya que le pidió a su homólogo ucraniano que le proporcionara datos para perjudicarlo a cambio de ayuda. Esto lo llevo a un juicio político en el que el senado, de mayoría republicana, votó por la exoneración. Biden representaría el regreso de la moderación y el pensamiento racional del gobierno en Washington, pero también la vuelta de un establishment del cual el electorado estadounidense se ha mostrado desencantado.

Por otra parte nos encontramos con Bernie Sanders, experimentado y casi octagenario político quien suele ser acusado por sus detractores de socialista, término muy mal visto en la tradición política estadounidense, ya que se asocia con el anti patriotismo, pues en la Guerra Fría el enemigo era la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que tiene dicha denominación político económica en el nombre. Sin embargo, Sanders está lejos de ser un socialista en el sentido marxista del término, sólo se encuentra lo más a la izquierda que se puede en la clase política estadounidense, ya que sus planteamientos incluyen un sistema de salud universal y la tasación de la riqueza extrema. Si bien es el que tiene mayores diferencias políticas con Trump, también juega en su contra su edad y su cercanía con ideas que mucho del electorado rechaza de forma abierta.

Después nos encontramos con Michael Bloomberg, quien supera a Trump en lo que el mandatario estadounidense considera sus mayores fortalezas, ya que al magnate inmobiliario le encanta vender la imagen de un hombre exitoso, millonario, implacable y tenaz, alguien que ha generado riqueza debido a su gran talento empresarial, así como a su despiadada forma de negociar. Pero la riqueza de Trump palidece cuando lo enfrentamos a Bloomberg, cuyo capital es por lo menos 17 veces más grande, además de contar con experiencia política previa al haber sido alcalde de Nueva York. Consistentemente aparece en la lista de las diez personas más ricas del mundo. Sus planteamientos son más liberales que los de Trump, que ante él no puede presumir que los suyos son elaborados por alguien exitoso, pues el ex banquero lo supera con creces. Sin embargo, con Bloomberg existiría el fantasma de que la democracia estadounidense se está convirtiendo en una plutocracia, pues se le abriría la posibilidad de una victoria únicamente a personajes capaces de auto financiar multimillonarias campañas.

Por último nos encontramos con Pete Buttigieg, quien si bien tiene pocas posibilidades de ganar esta precampaña, ha puesto un distintivo innovador para la política estadounidense, ya que es abiertamente homosexual. Sin embargo, se aleja mucho de la imagen caricaturesca con la que se suele denostar de este grupo social, ya que es veterano militar, con éxito en su trabajo en el sector público y un orador tan hábil como moderado. Sus posibilidades se reducen cuando notamos que el electorado estadounidense que no vive en ciudades cosmopolitas rechaza de tajo la idea de un representante perteneciente a la comunidad LGBTTTI+, y son la mayoría. Pero claro que sería interesante ver a un Trump acostumbrado a la soberbia, amenaza y chantaje como argumentos ante un personaje al que no puede atacar directamente por lo que para él sería su mayor “defecto”, máxime que este personaje tuviera una buena calidad en el esgrima argumental.

Así que no es fácil elegir a un anti Trump que le pueda hacer una competencia efectiva a un presidente que todavía goza de la simpatía de los sectores más conservadores de su país, y ante un electorado que busca romper las inercias que los han hecho decrecer con respecto a su posición como máximo actor global, pero que no traicione las tradiciones políticas que se encuentran soterradas en lo más profundo de un nacionalismo basado en cierto orgullo de raza triunfadora. La lógica nos diría que los candidatos demócratas deberían hacer un frente común en que se apoyara al más fuerte de ellos a cambio de reivindicaciones a favor de los grupos que cada uno representa. Pero la política no es movida por la lógica, sino por los intereses. Y esos intereses los tienen compitiendo entre sí para ver cuál de ellos se puede convertir primero en el anti Trump, para después tratar de vencer al magnate en un juego donde las virtudes pueden ser errores y el raciocinio se supeditará a las pasiones y la emoción de personas que tratarán de identificarse con lo que más les represente su propio hogar.

Educación

Por Ángel Dorrego

Analista, consultor y asesor político. Especializado en temas de seguridad y protección civil. Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México, Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales también por la UNAM. Cuenta con experiencia como asesor de evaluación educativa en México y el extranjero, funcionario público de protección civil y consultor para iniciativas legislativas.

Twitter@AngelDorrego

Correo: adorregor@gmail.com

Foto agencias Mor. Bo