Salud

La sal, enemigo silencioso

Todos sabemos que consumir sal en exceso no es bueno para la salud.

Pero, ¿realmente sabes cuáles son los efectos secundarios de consumir mucha sal? Te enterarás en el siguiente artículo. Recuerde que lo más importante es acudir a su médico de confianza.

La sal: de dónde proviene y cuánto es lo recomendado

El 10% del sodio que consumimos proviene de los alimentos y el agua, según indican en el Centro para La Ciencia del Interés Público, de España. Por otra parte, si bien es cierto que se aconseja beber agua, consumir más de tres litros al día descompensa los minerales del cuerpo, aunque permite eliminar el exceso de sodio.

Otro 10% se añade al momento de cocinar y comer, pero este valor puede variar según los hábitos de las personas. Una cucharadita de sal fina de mesa contiene el total del sodio que debemos ingerir a diario.

Y cerca del 80% restante proviene de los alimentos procesados, los empanados, etc, la mayoría de los que se consumen fuera de casa y en locales de comida rápida. El cloruro de sodio se utiliza en grandes cantidades en los embutidos, por ejemplo.

La cantidad de sal permitida por persona depende de las condiciones físicas, la dieta y las actividades que realiza cada uno. También varía según la época del año o el tipo de alimentos que se consumen.

Por ejemplo, durante el verano o la primavera se come menos sal que en invierno. El sodio ingerido por día debe oscilar entre los 500 y los 2400 miligramos.

Hay alimentos que encontramos en las tiendas que superan este valor de manera exagerada. Por citar algunos casos: unas patatas fritas con aderezo tienen cerca de 4900 mg de sodio, una hamburguesa puede llegar a los 5400 mg y un bagel a los 4500 mg.

Para evitar los problemas que acarrea el consumo excesivo de sal, es preciso dejar de lado los productos procesados especialmente los quesos, la repostería y las carnes frías, así como también el fast food.

A su vez, utilizar sustitutos de la sal, como es la sal marina no tratada y cada vez verter menos en las comidas. Al principio se siente la diferencia, pero luego el paladar se va acostumbrando y descubrirás el verdadero sabor de los alimentos. Por último, una buena idea es probar condimentos o ingredientes que realcen el gusto de la comida.

Las especias como la pimienta, la salvia, la mejorana, la albahaca, el perejil la nuez moscada, el romero, el estragón y el comino no deben faltar en tu cocina.

Cuáles son los efectos colaterales del consumo de sal

Insuficiencia cardíaca

También infartos. El consumo de sal en exceso tiene efectos derivados y relacionados a la circulación, tales como hipertensión arterial o bien en los músculos del corazón, empeorando el funcionamiento general de este órgano y favoreciendo ataques de miocardio, insuficiencia cardíaca (cuando no es posible bombear la cantidad de sangre necesaria para todo el cuerpo). Puede causar también accidente cerebrovascular, embolias, hemorragias cerebrales e ictus, que trae como consecuencia secuelas físicas y neurológicas graves y permanentes.

Insuficiencia renal

El sodio dificulta la función de los riñones y las funciones renales, fundamentales para la salud, porque se encargan de filtrar y depurar la sangre. Como la sal también causa hipertensión, todo se vuelve un círculo vicioso. A su vez, predispone a la formación de piedras o cálculos renales. Disminuye la cantidad de calcio presente en el cuerpo y sobre todo en los huesos, provocando osteoporosis. También causa retención de líquidos, empeorando el funcionamiento no sólo de los riñones, sino del corazón y el hígado. Provoca edemas o hinchazones en los tobillos y las piernas.

Aparición de tumores

La sal favorece la aparición de ciertos tipos de tumores, como ser el cáncer de estómago, ya que la comida muy salada irrita y erosiona las paredes estomacales. Esto provoca lesiones, úlceras, infecciones, indigestión, etc.

Dificultades en el aparato respiratorio

El exceso de sal empeora los síntomas en los pacientes con asma. Se ha demostrado también que consumir mucho sodio provoca una menor resistencia al paso del aire por parte de las vías aéreas y en el caso de sufrir alguna afección respiratoria, los tratamientos no son tan eficaces.

Sobrepeso y obesidad

No sólo por lo indicado anteriormente, sino también porque la sal aumenta la sed y ésta no es saciada con agua, sino con bebidas azucaradas (que provocan más sed todavía por la gran cantidad de glucosa y gas). Otra manera de estar en un círculo sin principio ni final, porque tanto el sobrepeso como la obesidad empeoran las enfermedades del corazón, riñón, pulmones, estómago, etc.

Tipos de sal alternativas y más saludables

Pansalt

Se trata de una sal iodada creada en Finlandia, baja en sodio, rica en potasio y magnesio y que permite reducir la presión arterial en lugar de aumentarla. Tiene un 56% de cloruro de sodio (la sal normal el 100%).

Biosal

Mezcla cloruro de sodio con cloruro de potasio y contrarresta los efectos negativos indicados antes. Es menos nociva pero no tiene nutrientes, además de haber sido tratada con blanqueadores, químicos y yodo.

Sal ahumada

El proceso utilizado le ha hecho absorber humos para tener un sabor particular. Se usa para darle otro gusto a las comidas, pero no aporta nada en lo nutricional.

Sal Kosher

Cumple con algunos criterios de procesamiento para ser vendida, como por ejemplo, menos aditivos. No quiere decir que por ello sea buena para la salud, sólo es menos perjudicial.

Sal roja o “Hawaiana”

Proviene de las costas de esta Isla y contiene óxido de hierro, un derivado de la arcilla volcánica, se extrae con métodos naturales y se asemeja a la sal marina. Tiene un sabor muy fuerte y puede estimular la oxidación de ciertos alimentos.

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